El sistema político colombiano se transformó desde la Constitución de 1991. En la actualidad es más participativo, más representativo y más descentralizado. Pero la transformación del sistema político produjo también una fragmentación de los poderes de decisión, lo que, combinado con la fragmentación del poder económico, multiplicó el número de actores involucrados en las decisiones de política económica y redujo las posibilidades de coordinación de las políticas. Estas consecuencias imprevistas de la Constitución de 1991 permiten entender por qué el desempeño económico es menos satisfactorio y menos destacado en el concierto latinoamericano que antes de 1991.